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19 Después de esto, oí las fuertes voces de una gran multitud que decía en el cielo:

«¡Aleluya!
La salvación, la gloria y el poder
son de nuestro Dios,
porque él juzga rectamente y con verdad;
pues ha condenado a la gran prostituta
que con su prostitución corrompió al mundo;
ha vengado en ella
la muerte de los siervos de Dios.»

Luego volvieron a decir:
«¡Aleluya!
El humo de ella nunca dejará de subir.»

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